Hablar de “Geografía” y “Poder” es meterse en camisa de once
varas. Raffestin en su momento estuvo en contra de la resurrección de la
Geopolítica, pues en su subjetividad yacían fervientes críticas a los horrores
del nazismo alemán. Desde su propia formación en Geografía Humana, se basa en
los ideales de Michael Foucault para desarrollar la mayor parte de sus premisas
explicativas.
La obra “Por una Geografía del poder” desecha aquella visión
de que el único poder que existe es el único subordinado a la actividad política
y estado. Existe un elemento imperceptible dentro del quehacer humano planetario, que es
precisamente ese poder interior, personal, subjetivo y social que lo hace
también dueño del mismo término. “Detrás de una actividad agrícola hay un
latifundista, detrás de una empresa nacional petrolera hay un líder
sindicalista… “decía el doctor Jaime Preciado Coronado.
El poder es opacado por la renuencia del pueblo, de los
sujetos que se desenvuelven en una
sociedad postestructural. En un sistema capitalista dónde reina ese estado de
tensión permanente surge una nueva geopolítica de la paz, capaz de detener la
guerra, y apaciguar las aguas de un sinuoso caudal.
Dentro del binomio estructural centro-periferia, se
reproducen relaciones jerárquicas multiescalares, la nueva teoría del estado
moderno[i]
supera al estado nación, en una nueva teoría del poder. Lo local se encierra
ahora en lo global, el poder adquiere un nuevo significado, se distancía de los
todólogos y se circunscribe como un producto del sujeto a la par del estado.
Raffestin, reconoce la autonomía de la política como eje del
poder, sin embargo su propuesta teórico-analítica va más allá de un juego de
estados, “El poder viene desde abajo”, “Las relaciones de poder no son
subjetivas sino objetivas”, reconoce el derecho de la autonomía territorial,
aboga por una relación espacio-hombre que otorgue derecho a la diferencia no a
la desigualdad[ii]. El poder ahora es estudiado
como una fuente de democratización, acotamiento y horizontalidad.
¿Por qué es importante una obra como la de Raffestin hoy en
día? En primer lugar porque acepta la unidad de la disciplina, la define como
humana por naturaleza y delimita el objeto de estudio como aquellas prácticas y
conocimiento que se tienen de la realidad (espacio geográfico), en segunda
porque retoma las ideas pioneras de Ratzel en “Antropogeografía” las cuáles ya
definían que el estado no era la única fuente de poder. En un tercer punto, la
obra circunscribe al lector en un marco de análisis e interpretación que
interconecta el conocimiento geográfico, a la par de aquellos problemas hoy en
día emanados de la hidropolítica o la petropolítica por ejemplo. De lectura
obligatoria tanto para geógrafos como científicos afines, la obra de Claude se
enmarca en un marxismo postestructural, una exaltación de la subjetividad y los
actores sociales, una apertura a las grandes teorías sociales del siglo XX y
una forma alternativa de concebir conceptos tales como el poder, territorio,
espacio o región.
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