Simón Bolivar, de seguro hoy, ha de estar revolcándose en su tumba. No hace mucho tiempo, mientras recordaba con pensamientos trémulos la despiadada muestra crítica de ideas eminentemente geográficas de Dr. Miguel Ángel Troitiño, deduje que sus palabras valdrían la pena recuperarse, pero no en un sentido pasivo, inerte, sino con un crítica a hurtadillas, desde lo lejos, desde aquella voz lejana que le impiden ser escuchada mientras de fondo existe...