jueves, 17 de julio de 2014

Reseña de cátedra: La gestión del Agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara por Heliodoro Ochoa García.

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*Heliodoro Ochoa García es Licenciado en Geografía por la Universidad de Guadalajara. Coordinó el libro: “Gobernanza y gestión del agua en el occidente de México: La Metrópoli de Guadalajara”. Más datos: http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Dependencias/Rectoria/Dependencias/Direccion_General_Academica/Dependencias/CEAPE/Investigadores/Heliodoro_Ochoa_Garcia

Dentro del prólogo del libro anteriormente mencionado, el español y muy seguramente, gran maestro de Heliodoro, Pedro Arrojo Agudo escribió: “En el México urbano interior, la alternativa más barata y viable que queda no es otra que la de la hacer las paces con los ríos y acuíferos” (p. 10). México -de acuerdo con la propia cosmovisión de ambos autores- , se encuentra en una crisis hidrológica, pero no de forma catastrófica, la escasez si bien, es una constante alrededor del mundo (del 100% de los recursos hídricos en el mundo, sólo 1% es agua dulce emanada de embalses, acuíferos, y recursos potamológicos) en el país, lo es así por un gran desequilibrio respecto al acceso del vital líquido. Mientras que los estados con las mejores bonanzas y excedentes se encuentran con una gran carencia del mismo, en los estados nórdicos y áridos, el acceso es casi total.

Dentro de la Zona Metropolitana de Guadalajara (la segunda ciudad más importante del estado mexicano) existe un problema flagrante de acceso al agua potable. Un buen porcentaje de personas son consideradas pobres del agua (puesto que más del 3% de sus ingresos se van en el pago del mismo). Los gobiernos, federales y locales, han intentado mantener el acceso al agua aún y con grandes explosiones demográficas y de la mancha urbana. Las decisiones emanadas de la cosmovisión ingenieril, han provocado la devastación, el empobrecimiento y la decadencia de una gran parte de los vasos lacustres que alimentan la urbe. Tanto la Comisión Nacional del Agua como la Comisión Estatal, han buscando soluciones para paliar sus errores en la cuenca del río Verde. La Presa el Zapotillo apenas y es una de tantas estratégicas, que entre el estado y el gremio empresarial, buscan saciar la sed de Guadalajara y León, Guanajuato.

Lo que se buscan en el fondo, es la explotación privada de un recurso que por mucho tiempo ha sido utilizado de forma libre por los agricultores y ganaderos, en este caso, de los Altos de Jalisco. El patrocinio de organismos estatales le da a las obras tintes positivos, pero la falta de una verdadera consulta ciudadana, ha sido un elemento constante, tanto en la elaboración de las manifestaciones de impacto ambiental, como en las asambleas entre eruditos y conocedores del tema. El resurgimiento de los tandeos (que no otra cosa que cortes en el servicio a diferentes colonias cada cierta cantidad de días) busca hacerle creer a la ciudadanía que la culpa es de ellos, que si el lago de Chapala no alcanza niveles adecuados es por la explotación inadecuada y completa falta de conciencia al usufructuar el agua.

Aún y considerando que cada año, a Chapala se le resta 10% más de lo que debería de acuerdo a los balances hídricos, el problema estriba en grandes vergüenzas políticas cuya materialización se encuentra en aquellas obras que por algún tiempo, dotaron de agua a la ciudad. Mientras no se entienda el concepto de gobernanza y se aplique a cabalidad, tanto las obras de sobreexplotación, como de ingeniería que poco toman en cuenta a los hombres que habitan el territorio, no existirá un verdadero enfoque de sustentabilidad, tan requerido en nuestro días.

Las grandes presas en Jalisco junto con otro complejo más en el país, representa más de 70% de la inversión en infraestructura pública del país en ese rubro. Claramente, existen relaciones verticales de poder, en dónde las decisiones son tomadas desde arriba, menoscabando la opinión pública y de aquellos actores afectados. Tal como el expositor dijo de forma chusca y afable: “Aún continuamos dependiendo de la Virgen de Zapopan y el Dios Tláloc”, y no es para menos, la región de los Altos de Jalisco es un área con gran dependencia de la precipitación pluvial. La carencia de las mismas y los años con canículas más difíciles y secas, ha provocado una sobreexplotación en los mantos freáticos. El conflicto, tanto del complejo Zapotillo como facsímiles, gira en torno a las aguas superficiales. Las concesiones de explotación se hayan en manos de grandes productores, y por ende, el acceso diferenciado del cuál se hace cita al principio del presente resumen, es indudablemente diáfano.

Las propuestas o alternativas que el autor propone no giran en torno a si la explotación del recurso deba estar en manos privadas o públicas, tecnologías hay, pero los insumos monetarios destacan por su ausencia. En una gestión que verdaderamente sea participativa propone ejercicios abiertos en la gestión del agua, aumentar consultas a la ciudadanía, consultas participativas tanto con expertos como con actores afectados. En pocas palabras, dejar de lado aquel tecnocratismo que nos ha llevado a la situación en donde estamos ahora.

Para la exponentes, tanto del profesor Bogart (autor de “Los señores del agua”) cuya crítica giró en torno a la apatía e indiferencia del pueblo tapatío respecto a la administración y distribución hacia sus hogares del vital líquido, como para Heliodoro, dejan claro que, aún y pudiendo existir formas pacíficas para sustituir al poder ominoso que ostenta los recursos, el mismo ciudadano tapatío debería ser más renuente y crítico, sin menoscabar o realzar sin conocimiento alguno, las obras en inversión pública que giren en torno al agua.

En opinión del prof. Zeromski del Departamento en Geografía y Ordenación Territorial debería existir un enfoque complementario e integral, no una alternativa que sustituya el problema del agua. Debería verse al recurso como un bien de seguridad nacional y de la vida. Lo que es seguro y cuya experiencia positivista o teocrática nos ha dejado, es que sin el vital líquido, el hombre simplemente no puede vivir. Es necesario, delante de todo esto, iniciar un gran debate del cuál surjan las soluciones que acaben con la situación tan nefasta que opera hoy día. El agua es, y siempre seguirá siendo…. vida.

Agua Humanidad, Agua Ciudadanía, Agua Comercio y Agua Delito: Las cuatro aseveraciones necesarias en la jurisdicción.

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